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Full text of "Julio J. Casal 1916 Nuevos Horizontes"

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MADRID, 

Itíí^l'JVTA I>í‘ joAPí l'r 


Mk:jr>Píicna RauñNitH, 


yí í 
‘i • 


L^- 








RITMO INTERIOR 


•Lea plui beaux ver» 
whi ccux qu’on 
n’ecriia jamai»...* 

Rimiisd Haradcol-rt. 


De I» poesía, sacrosanta, pura, 
dulce y fecunda tierra, 
hola la flor de un verso: el- que aspiramos 
en revistas 0 en fiestas... 

Pero existe otra flor que da otro verso, 
el interior; su esencia 
nunca sale a la luz, perfuma sólo 
egoísta y soberbia 

la habitación del alma. Interiormente 
siempre han vibrado las mis hondas cuerdas... 


6 


JULIO J. CASAL 


Imágenes que nadie, nunca nadie 
vestirá con lis telas 
de retóricas... Mágicas canciones 
de las fuentes internas 
que desgranan sus aguas en silencio... 
Ruiseñores que dejan 
morir la melodía de sus trinos 
entre las verdes rejas 
de la jaula interior... Espirituales 
cielos que jamás muestran 
los palacios gigantes de sus nubes 
y el fulgor de sus diáfanas estrellas. 
Cielos, pájaros, fuentes 
y todo lo demás que secúndenla 
en el ritmo que corre por el fondo 
de nuestro ser y llena 
nuestro yo de fantásticos rumores... 
Ritmo náufrago, en vano nos prometes 
fortuna y gloria eterna, 
morirás sin que el hombre haya logrado 
que salgas á la escena, 
para que luscas en tu arte toda 
tu ignorada riqueza... 


MUI VL» horizontes 


Kitmo interior que no encuentras salida, 
debes ser un portento de belleza. 

Si loe versos que vemos diariamente 
lucir entre los libros ó en la prensa, 

•i ton tan musicales y armoniosos, 

¿cual no será tu fuerza, 
tu melódico arpegio, 
tu celeste cadencia, 

i itmo interior, que el gesto, ni la roano, 
ni lot labios te expresan?.» 







NUEVOS HORIZONTES 


Cansados de lo antiguo, nos encanta 
que anide en nuestra rima 
rl fuego de otro clima 
y el olor de otra planta... 


I.a juventud debe seguir caminos 
de construcción moderna... 

Disípese la eterna 

tonada de los cantos palatinos. 


IO 


JUMO J. CASA!. 


El viejo y noble árbol parnasiano 
ya no tiene frondaje, 
que desnudó su mágico ramaje, 
del siglo de oro, la inquietante mano. 


No tengamos por guia ni por norte 
los lejanos y bellos figurines... 
Nuestra musa no luzca los chapines 
ni el desusado traje de otra corte. 


Que en nuestro arte lo ignorado irradie, 
y nuestro verso lo moderno mueva... 
(Vamos en busca de una aurora nueva, 
y de esa estrella que aun no ha visto nadie! 


VOCES 


Eternamente suenan 
las misteriosas voces 
de la poesía... Á veces 
en fulgidos colores 
y en aguas cristalinas 
sus armonías rompen 
de los visibles ritmos 
en frescos surtidores. 


Y por instantes huyen 
de toda luz: se esconden 
del papel, de la brisa, 
del labio, de los hombres. 


<3 


JULIO J. CASAI 


y armoniosas cual uunca 
como un torrente corren, 
perfumando tan sólo 
los cauces interiores... 


MATINAL 


A Jua» R. JiwiNtz. 


Voy por un sendero... 
Sencillas aldeanas 
bajo el tosco Uno 
de las coñas blancas 
vuelven de la iglesia, 
que allft en lontananza 
sobre una colina 
verde se levanta 
majestuosa y plena 
de color y gracia. 


<4 


JULIO J. CASAL 


Por entre los picos 
de unos montes, baja 
un zagal seguido 
de unas cuantas vacas, 
que al ver el desfile 
y las risas francas 
conque el campo inundan 
las lindas muchachas, 
los cansados ojos 
abren espantadas... 


Por el aire cruzan 
místicas fragancias. 

Un grupo de niños 
y de niñas pasan 
rumbo hacia el colegio; 
las grises pizarras, 
las grandes carteras 
con el sol resaltan. 

Van cantando alegres 
con sus voces claras.» 


NIIIVOl ItuHIZONTtS 


Una emoción tierna 
mi sentido embriaga. 
Bebo A lentos sorbos 
de U regia taza 
d<-l paisaje; bebo 
yo nn se qué raras 
bebidas de ensueño, 
que el cuerpo y el alma 
•r aduermen en una 
melodía extraña... 


I I eterno gallo 
de las madrugadas 
canta allí» A lo lejos... 
Suena la campana 
parroquial, que i misa 
nuevamente llama. 
Viejos labradores 
de curtidas caras, 
ae persignan llenos 
de huiuildad cristiana... 


i6 


JULIO J. CASAL 


Viendo las sencillas 
cosas provincianas 
latir junto al claro 
sol de la miflaoi, 
suerto en ser lo mismo 
que estas gentes llanas, 
á quienes preocupan 
sólo las diarias 
labores, y viven 
siempre resignadas, 
buenas y felices, 
sin temor á nada... 


ASTROS 


A 


Lio poido Lwem 


¿Si creo ó dudo? Buscan 
i laudad mis ideas, 
y he de dudar la fe 
>■ apoyu linda mas que en las tinieblas. 

9 

Sin • mbargo, a momentos 
•iip arrímete la eterna 
|h cik upaciOn de un más alia... 

|i. jtinun mi alclsmi los estrellas. 


iB 


JUIIOJ. CASAL 


No me basta la vaga 
afirmación de In Naturaleza; 
debe existir en esos astros otras 
pasiones, otras tierras... 

¿Tienen alma los muertos? 

Entonces ellos velan 

desde la altura lodos nuestros pasos. 


T al vez esto revela 
ingenuidad, vulgar romanticismo, 
nada importa: mi madre es esa estrella 
luminosa de Venus. Dulcemente 
todas las noches llega 
hasta el cielo del mundo en que me agito... 
Mi madre no está muerta. 


Sólo mueren los falsos, 
los inútiles, esa», 
almas que no han sabido 
ser sencillas y buenas. 


«UKVtM HURIZ0NTC9 


|le*dr un «siró me habla 
la lux clara y serena 
•I- un viejo amigo, que dejó la vida 
r<n los umbrales de la Primavera. 


I ludo, porque los hombres 
me ensenaron la ciencia 
que borrar logra fantasmagoría*... 
I’ero me queda esta 
ilusión de creerme 
que la» personas muertas 
m» no» dejan jamás. 


jY alumbran nuestra se.-ula, 
ti'iirbi'uMi y amarga, desde <:l claro 
reinó de 1 h» i almilas! 


9 






BIBLIOTECA DEL CLUB X 


El presidente, es ante todo un hombre 
ijue aunque ignorante, pretencioso y necio, 
ya recibió del mundo oro y aprecio 
para extender la gloría de su nombre. 


Segundo tomo: el noble secretario. 
Viajó en el mar feliz de los errores, 
lleva una cruz al pecho, tiene honores 
y sus obras consiguen incensario. 


9 


aa 


JULIO J. CASAL 


Lo» socios, mis ó menos, c»»i iguales. 
Todos altos, soberbios y geniales. 

Son lirismo, grandeza, pensamiento.. 


Visten bien, satisfacen su apetito, 
gastan frases sonoras y han escrito 
un libro de aventuras, jqu6 talento! 


EN LOS PAISES. 


En los países lejanos 
•tonaba mi adolescencia 
he de Irocar mis inviernos 
en radiantes primaveras, 


Mi imaginación vivia 
de las mágicas leyendas 
que desde los grandes centros 
las plumas de oro nos cuentan. 


JUUO 


Un d(a, ingenuo y alegre, 
le dije adiós a la iglesia 
de mi pueblo y me perdí 
en las ensoñadas (ierras... 


Al principio todo el mundo, 
para mis caprichos era 
entretenimiento, ocio, 
flor, astro, nido y poema. 


Pero cuando me propuse 
analizar más de cerca, 
miré cómo en todos lados 
es lo mismo la existencia. 


En las lujosas ciudades 
vertían las academias, 
sabios que nada sabían, 
recomendados poetas, 
á quten el vulgo citaba 
como á principes de letras. 


NIIB VOS HORIZONTES 


Los periodistas, sonore» 
de penetración intensa, 
publicaban obras malas 
y rechazaban las buenas, 
a rxi ser que éstas llevasen 
recomendaciones serias. 


Era un delito tener 
demasiada inteligencia. 

Se cotizaba el talento 
como un producto cualquiera. 


Sólo triunfaban aquellos 
que vestían la librea 
del académico... El brillo 
entra por todas las puertas. 


Entonces comprender pude 
que la dicha verdadera 


se halla en vivir alejados 
de todo rumor y ciencia, 
ocultos en el rincón 
misterioso de la aldea, 
np viendo más obras que 
las de la Naturaleza. 


EL PARAGÜERO 


A jvuo C*M»»VttU 


En esta vieja calle provinciana 
que alegrar saben órganos y sol, 
liare contraste el triste paragüero 
(Ir aguardentosa voz... 


El anuncia la lluvia. Y casi siempre 
irónico ofreció 

su mercancía en esas dulces horas 
rstivales de siesta y de calor ... 


a6 


julio j. casal 


Enfermo ensueña el aguí. Con los (lia* 
de invierno y sin color, 
gracias i los paraguas que compone 
va arrastrando sus anos y su tos... 


Lo acompañan en coro algunos niños. 
V o siento una emoción 
subir muy suavemente 
y lenta al corazón... 


Es que evoco los tiempos 
en que feliz creció 
de mi ninez lejana 
la ya marchita flor . 


Ciertas cosas vulgares 
y callejeras son 
para el alma dormidu 
como un despertador. 


«tuvo* HORIZONTES 


tJ 9 


Vi M' pierde en la calle provinciana, 
i|iir alegrar saben órganos y sol, 

•| i ríale paragüero 

«I, Aguardentosa voz.*. 







mk 


INTIMO 


A pesar de mi experiencia 
y de mi saber humano, 
y» necesito tu mano 
para cruzar la existencia. 


Si In rula es triste y mala, 
y está cubierta de lodo, 
tu amor lo remedia todo 
porque me sirve de ala. 


3 » 


JUMO J. CaSAL. 


Cuando sobre eJ alma mía 
la noche tiende iu sombra, 
el pensamiento te nombra 
que al llegar tú, llega el dia. 


Por ti se aplacan mis males 
y se trocan en ventura, 
pues eres la imagen pura 
de las cosas celestiales... 


Sígame dulce y cierne <ue 
por las tinieblas tu paao, 
que amanecerá en ini ocaso, 
y mi sed tendrá una tuem 


De tu caricia al calor 
despierta el ensuetlo mío, 
igual que bajo el roclo 
brota por fuerza la flor. 




NVIVUÜ HORIZONTES 33 

Siempre estar juntos debemos, 
porque me eres necesaria, 

! |como al santo la plegaría, 

como a una barca los remos! 





VIAJAR... 




|V ¡*|ai viijir por lodos los caminos 
del mundo y de la ¡dea, 

•m tillara de pai* ajes ignorados 
y dr emociones nuevas! 


Mentir en nuestro oído la armonía 
dr diferrntcs lenguas, 

I de |at <|we te vaya nuestro barco 

hacia donde lo lleve la marea... 


36 JULIO J, CASAL 

Ser como el agua que no se detiene; 

cual la estación que llega 
para marchar de nuevo; que mi paso 
al cruzar no señale ni una huella. 


Dormir bajo los cielos apacibles 
que nuestro afán no viera, 
persiguiendo en el sueño otra mentira 
distinta, otra belleza. 


Ver los seres que un día nos amaron 
—almas tristes y buenas— 
que nacen y se mueren á la sombra 
de la tranquila aldea. 


Hablar con ellos de agradables cosas. 

evocar las risueñas 
aventuras de amor, que por lejanas 
casi no se recuerdan... 


MI<*V(I« IIOKUOWTES 


37 


> •Icsptir*, oirá vez, siempre impulsados 
por una extraña rueda, 
abandonar los valles conocidos 
en busca de otros mares, de otras tierras! 



HAY HOMBRES... 


Hay hombres que no miran 
limib los astros, 
ni siguen con los ojos 
rl vuelo de los pájaros... 


Le 1 ' asunta las luces 
que brillan en lo alto; 
la inmensidad los ciega 
y humilla, sin embargo, 
se trepan muchas veces 
a modo de gusano 

sobre la misma envidia 
para daftar el árbol. 


Jl.'l IO J. CASA! 


Esos seres no tienen 
alas, pues han brotado 
de la materia y suben 
nada más que arrastrándose. 


Viven entre la sombra 
sin recibir el rayo 
que todo lo embellece... 


Inútiles y falsos, 
les falta el alma y sólo 
e*un hechos de barro! 


PASAJE 


Á M. Antonio Dole 


Frente al campo, sintiendo 
las voces de la brisa 
y el amable murmullo 
de lejanas esquilas... 


Cerca de los trigales 
que como el oro brillan; 
entre los labradores 
que con amnr se inclinan 
sobre la verde alfombra; 
viendo A una dulce niña 
acariciar dos bueyes 
que de un arado tiran... 


Bebiendo en una fuente 
el agua pura y fría, 
sin tener otra copa 
mas que la mano misma, 

Y gustando emocione» 
ingenuas y «cncillis 
he comprendido el bello 
pasaje de la vida— ' 




DOCTRINAS 




Nuestro Seflor Jesucristo 
habló asi A los sacerdotes: 

Me tenéis en un altar 
cerca de ios resplandores 
de cirios que no terminan: 
me habéis cubierto de dimes. 
En mi traje brillan piedras 
de maravillosos toques, 
y hay en torno mío, una 
profusión de bellas flores. 



44 


julio j. casai. 




Desde mi trono agradezco 
vuestros sentimientos nobles... 
Veo que representáis 
lo que yo he sido en el orbe; 
sois buenos, educáis almas 
y tratáis de que se postren 
i mis pies... Mucho emociona 
el jarrón lleno de flores 
y el manto de pedrerías... 

Eso me produce goces, 
pero á mi sólo me basta 
la plegaria de los hombres: 
ella me viste y me nutre 
consolando mi» dolores. 

Si me quitáis las antorchas 
será más clara mi noche... 
Comprendo bien que no hay uno 
libre de haber hecho errores... 
Nevaos lo que rae envuelve 
para que luego os perdone... 
|Que estas piedras y este manto, 
pertenecen á los pobres! 


CAMPO Y MAR 


A la nnmciio* rocín* 
Dmotis cu Rio SÁ«aiu-GiA>UK» 

De improviso el cielo dejó de llover. 

Los campos se incendian con la luz solar. 

Siente el alma anhelos locos de tener 
alas, y volar 
sobre la llanura 
verde, sobre el mar... 


Irse no se dónde, por esos caminos... 
ser como las velas que ve desfilar, 
bnvidia a los tristes, vagos peregrinos 
que andan sin cesar 
sobre la llanura 
verde, sobre el mar... 


4 6 JULIO J. CASAL 

Una nubo pasa velozmente: lleva 

para algún sembrado que empieza á secar. 

tal vez la promesa de una vida nueva... 

¡Ser nube y cruzar 
sobre la llanura 
verde, sobre el mar!... 


Otra vez el cielo comienza a llover. 
Pierde el campo el fuerte reflejo solar, 
y el alma no sueña ya mis en tener, 
alas, y volar 
sobre la llanura 
verde, sobre el mar... 






EL LOBO 


Llevamos sin saber, como en el rudo 
romaneo, un tubo dentro 
■l> ñu < tiros. El tobo simboliza 
la unidad, el pensamiento 
de traición, la careta 
■|iia tras di- loa misterios 
dn| i aitón agradable, 
logia guardar defectos 

I' | hombre olvida toda 
su tuerza y sigue riego 
#** instinto que oculta 
rn ni interior, Por eso 
ra u i aun, no obstante 
mi arranques sinceros. 


JULIO J. ('.*»* L 


4fl 

i lay que matar lo injusto, 
la maldad, el anhelo 
de herir, todo lo vano... 

Matar el lobo, en fin, y al mismo tiempo 
trocarlo en ruiseñor... 

Nada mas fácil. l.uego 
en vez de sentir siempre 
nuestro instinto en acecho, 
el alma será nido 
de verdades, de hechos 
justos, y eternamente 
sonará en tomo nuestro, 
el arrullo de un canto 
melodioso y sereno. 


VEO, NATURALMENTE... 


A Emilio Caii&ip 

Veo naturalmente 
el mágico torrente 
de la vida y sus cosas 
grandes y portentosas. 


La inmensa maravilla 
releste no me humilla, 
ni la eterna fortuna 
del Sol y dr la Luna. 


Todo eso es natural 
corno el bien, como el mal 


5 ° 


JULIO ). CASAL 


No me parece raro, 
sino sencillo y claro 
que volar pueda el ala 
y que exhale su olor 
la misteriosa flor 
que del verjel es gala. 


Nunca logró un lenguaje 
sonar más que un paisaje, 
pues tiene el Universo 
más música que un verso 


Sin embargo, jamás 
me asombró la riqueza 
de la Naturaleza: 
llevo yo más 
cosas en la cabeza. 


LAS DILIGENCIAS 


A Jo*l L. ZoiPtLLA DI Saa MaitIn 


Me agrada en las humildes 
y atrasadas aldeas 
ver pasar las enormes 
y antiguas diligencias... 


Los altos poderlos 
■ Ir las lejanas épocas 
y las glorias perdidas 
ron su vejez reflejan. 


Los caballos nerviosos 
y de mala presencia 
sufren el Sol ardiente 
de las horas de siesta, 
el látigo del tosco 
mayoral que blasfema 
su amena/a entre dientes, 
el yugo de las riendas 
y las noches de invierno, 
uempre frías y eternas... 

De mi nifiez los dias 
amables me recuerdan. 
Dulcemente y á sorbos 
el alma paladea 
la clara evocación 
de las jiras aquellas 
á través de los campos 
y las nativas sierras... 


No hay casi nada en este 
siglo que no se mueva 


NUKVO» HONlZOHTfcS 


53 


con el maravilloso 
rrnortc de la ciencia. 


MI hombre ha conseguido 
dar movimiento y fuerza 
mayor A todo: supo 
utilizar su idea 
loa mismo» elementos 
de la Naturaleza. 




I i admiración se inclina 
deUnte de esas nuevas 
maquinas que apresuran 
y acortan la existencia. 

I' I progreso y el mismo 
hilummo es belleza. 


''ero A veces me cansan 
■ Man cunas modernas 


54 


JUUCi J. CA«AL 


siempre de prisa; entonces 
me pierdo en las aldeas 
atrasadas y humildes, 
viendo las diligencias 
que vienen dando tumbos 
con sus pesadas ruedas 
y levantando blancas 
nubes de polvoreda... 


LIBROS Y HOMBRES 


Cerca de esos, tomos 
de lucientes lomo» 
que tienen la fatua 
pose de la estatua, 
y en cuya» cubiertas 
las manos expertas 
grabaron seguras 
regias esculturas, 
me agrada dejar 
la vista, buscar 
entre tanto encaje 
de obras, ese traje 
ain flor, ni flequillo 
del libro sencillo... 


JUIJO J. CASAL 


También en lus hombres 
busco ios sin nombres, 
los que en la escondida 
selva humilde encuentro... 
¿qué sirve la túnica 
de seda? La ünica 
verdadera vida 
{debe estar por dentro! 





KL CIELO ES TAN AZIJI .... 


I I cirio i s tan azul y transparente, 
<|ue su rotor convida 
é perdernos soñando en los senderos 
diafanos de la vidu... 


Hntiir > I lago la góndola semeja 
moverse como un ala: 

«»< Mío -tro carino, por los mares 
tlr la ilusión resbala. 




58 JULIO J. CASAL 

Tiene esta noche el misterioso encanto 
de una noche andaluza: 
por tas nubes del alma tu sonrisa 
como una estrella cruza. 


Sienta latir mi corazón tu mano: 
cada latido lleva 

para ti una canción, aún nunca escrita, 
y una esperanza nueva... 



MI LÁMPARA 


Todo se ha quedado a obscuras: 
la luz eléctrica falta... 

Se hizo la sombra en el pueblo, 
envolviendo en una vaga 
leyenda desconocida, 
l,i piedras, hombres y casas. 


t'nn un aían infantil 
ii iUrrt A mi vieja lámpara, 
ya por inútil y vieja 
en un rincón olvidada. 


En otros tiempos felices, 
bajo su luz, triste, opaca, 
soflí mis primero» versos, 
me forjé ideas fantásticas, 
que alegres cual mariposas 
de mis quinteras brotaban, 
naciendo para morir 
en torbellino agitadas 
al recibir el calor 
bueno de su llamarada. 

No sé lo que me parece 
verla como una antigualla, 
con el metal oxidado, 
la mecha casi gastada, 
el tubo de cristal lleno 
de agujeros y de manchas 
y desteñidos los flecos 
verdosos de la pantalla. 

Antes, ul caer el illa, 
los hogares alumbraba... 



NUEVOS HORIZONTES 


Precedía con su lux 
las apacibles veladas, 
mientras ola los cuentos 
que en esas noches tan largas 
del invierno, las abuelas 
A sus nietecitos narran. 


: 

Hoy sus pálidos reflejos 
lodo el aposento aclara... 
Cuelgan del muro los cuadros 
familiares: la mirada 
de mi madre me ilumina 
con una aureola de plata, 

> mi padre simboliza, 

> 'ti su cabellera blanca, 

|o« más límpidos y puros 
reflejos de la alborada. 


( uando hallamos ciertas cosas 
i vece» abandonadas 


6a 


JUMO J. CASAL. 


que ocultan de nuestro ayer 
ya casi olvidado, el alma, 
sentimos esa emoción 
que enmudece la palabra, 
al encontrar un amigo 
cuya vida deslizaba 
desterrado de nosotros 
en el tiempo y la distancia. 


Por eso he sentido un gozo 
de sonrisas y de lágrimas 
al volver a ver de nuevo, 
en un rincón olvidada, 
la ridicula estructura 
de mi antigua y pebre lámpara. 


LIENZOS DE HA* AEL 


a LAS TKKS UKAC1AS* 


A Emuqvi Cómiz Camuuo 


El conjunto nos quila toda duda 
leí origen y la naturaleza 
t|i nuestra santa diosa la Belleza: 
nano sencilla, cándida y desnuda. 


En medio del paisaje algo esfumado, 
tíllenle á vaga idealidad romántica, 
i Uiilraatu la escultura con su cántica 
i oluptuosa, de cnsueOo y de pecado... 


JUl.ru J. CASAL 


64 

l.a carne, bajo el su! tiene esos tonos 
cambiantes del moirc. T ras el vestido 
del claro vello, la naturaleza 


las sumerge en ardientes abandonos... 
Que asi desnuda y casta siempre ba sido 
nuestra Madre y Señora la Belleza. 


COMO TODA ILUSION. 

A Ovidio Fdiiárdu Río» 


Me aventure en la ruta 
diáfana de la vida 
persiguiendo una fácil 
tlunón fugitiva... 

I' I rielo estaba claro 
y antil- el alma iba 
II» iMiidose de azul 
V rlaridad. La brisa 
primaveral y fresca 
■ orno una flor olla... 


66 JULIO J. CASAL 

A los lados, lo mismo 
que soldados en lila, 
las acacias su traje 
de hojas tiernas vestian. 

I.a ilusión se alejaba 
rada vez mas de prisa: 
sobre el corre! de un suelto 
mi afan u perseguía. 

I >e pronto entre mis dedos 
senil sus alas libias, 
y dije— al fin ya tiene 
su prcnmi mi fatiga, 
la blanca mariposa 
de esa ilusión ya brilla 
en mi interior y puedo 
trocar la noche en día.,, 

Pero al abrir las manos 
no vi mí» que ceniza. 


EL AFILADOR 


A Eakiuii E- Pot»n 


Viene con su carro ya viejo... ¿Sin duda 
iKiiuMi'i la historia de) afilador?: 
al iiliin d» libios afecto» desnuda 
de soa claro» valle» un dia emigró... 


América sabe ser hospitalaria. 

I II « simboliza para el labrador 
(oda la dulzura de una plegaria 
I un litigar cubierto de paz y de sol... 


Jt l io J. CASJU. 

Partieron en busca de otros horizontes. 

Y hoy que la locura del viajar pasó, 
suenan en los buenos y nativos montes, 
jugueteando en ellos la imaginación... 

Retomar desean al pueblo, mas nunca 
pensara en regresos el afilador. 

Hice que ya tiene la existencia trunca 
y que en sus montañas á nadie dejó. 

Huraflo el semblante, l.i mirada hosca, 
parece sumido siempre en un dolor... 

Mientras rueda el carro de madera tosca 
murmura entre dientes no sé que oración. 



¿Vive sin ensueños lejanos f Ignoro. 
¿Acaso la piedra de cascada voz 
no vierte afilando sus chispas de oro? 
Ese oro pudiera darle una ilusión... 


pftfr Vt>% MUMtZoNTKft 


69 

h •. frío y huraño, bin embargo, ayer, 
flirt tiMi pestañas el llanto tembló 
V pense* ¿desdenes de alguna mujer? 
¿cansancios del mundo? ¿fracasen de autor? 


¿May vendas acaso que ocultan su herida? 
Al mostrarse rudo, tal vez nos mintió, 
guardando el secreto de su errante vida... 
¿ttrliió en copa amarga? ¿Que cruz arrastró? 


Al verlo cien veces en la carretera, 

« hat hlAn el vulgo de prisa argüyó 
ipie «I igual que el rostro frió como cera, 
lendrla el viajero frío el corazón... 


I os peregrinos que no dan al viento 
ili 01 t amarguras 111 el más leve son, 
mas los que gimen tienen sentimiento, 
. I oisl que • • calla siempre es el mayor. 


7 ° 


JH.IO J. CASAI. 


Nos afirma a todos que en la humilde aldea 
su antigua familia ya se dispc;só, 
la casa está en ruinas, el hogar no humea, 
y hasta el viejo perro, de pesar murió. 


En su historia debe vivir un misterio, 
pues causa el mirarlo vaga confusión, 
que contrasta el aire taciturno y seno 
con el ya gastado traje de color.» 


¿Es un nuble arruinado? Lleva el porte 
y el andar majestuoso de un señor 
habituado u los faustos de lu Corte,., 
¿Ha manejado esclavos ó la hoz? 


Tiene cierto encanto la figura austera, 
quijotesca y triste del afilador, 
cuando arrastra el viejo carro de madera 
con un gesto lleno de resignación. 


SOMOS HOJAS... 

A S. Cuan* M»»tímj 


Nos tienta el vago proyecto 
que tal vez realizará 
luchando continuamente 
nuestra férrea voluntad. 


Amarnos correr de prisa; 
vivimos por el alan 
indagador que persigue 
lo que no existe quiza. 






1 


7a 


JUUU J. CASAL 


i>uinos liuja» en el viento, 
fecas hojas, nada más, 
que van por las carreteras 
sin saber i dónde van. 


Y sin embargo ambiciona 
la febril curiosidad, 
internarse en lo ignorado, 
ver lo que no vió jamás. 


Bajo el eterno horizonte 
Conseguimos alcanza 
Con la vista una distinta 
tierra, un diferente mar... 


Hay una voz ó una rueda 
que nos consigue arrastrar 
por caminos imprevistos.» 
Mas á veces, á pesar 


MURVO» II 1KIZ0WTES 


73 


de los móviles modernos, 
sentimos que sin cesar 
mientras avanzamos, algo 
de sentimentalidad 
adelanta con nosotros 
mirando siempre hacia atrás. 




DEL TEATRO ESPAÑOL 


JOftt TALLA Vt 


Su mirada non pone n descubierto 
lo que en el fondo de su ser encierra: 
mi corazón magnánimo y abierto 
a todos los dolores de la tierra. 

Nohay una estrella que tan bien irradie 
.11 «d ciclo del arte. Nos asombra 
verlo transfigurarse como nadie 
dn ri*a en llanto y de fulgor en sombra. 


¿Quién logra interpretar de tantos modos 
aquello que sufrimos & diario 
con un júbilo tul, ó tal herida? 


El artista es genial, pues su escenario 
es el mundo y en él despliega todos 
los diversos motivos de la vida! 


HORAS DE SIESTA 


A FtAMCtKO VlLLAISMSA 


En estas horas de siesta 
tan bochornosas y largas 
■ueAo con la buena sombra 
di’ aquel patio de mi casa. 


,i Habrá dejado In fuente 
ib verter su chorro el agua? 


'JiiC será de las macetas? 
( K*taran mudas las jaulas? . 


78 JUUO J, CASAL 

¿Colgaran siempre racimos 
de la refrescante parra? 

Cuando cayó el noble arbusto 
separáronse las ramas... 
t a casa se vendió presto 
por ver lo que nos tocaba. 

Pasaron ya muchos anos, 

- 

mas recuerdo que al dejarla, 
por mis mejillas rodo 
la amargura dr una lagrima 

Allí me forje ilusiones 
no alcanzadas 
y perseguí la primera 
ritma decadente y rara... 

A pesar de mi entusiasmo 
por visitar otras playas 


NUfVOS HOKIZuNTKS 


y ver ciudades distintas 
y cruzar mares y pampas, 
con el estío he sentido 
melancólica nostalgia 
de las cosas que cruzaron 
por los ciclos de mi alma, 
luminosas como estrellas, 
fugitivas como alas... 


Y asi sintiendo el perfume 
abrasador de una refaga 
y mirando caer el sol 
en las calles solitarias, 
mi imaginación buscó 
su abrigo entre tas lejanas 
notas dulces, misteriosas 
y agradables de mi casa, 
dr la casa en que yo aún siento 
i mitar la fuente de plata 
> n medio del patio amigo, 
que < n su recuerdo me embriaga. 


y en donde pase las horas 
más felices de mi infancia 
bajo la tupida sombra 
de la refrescante parra... 


HUERTO INTr RIOR 


# 

Cuando te vi en mi camino 
comprendió mi fantasía 
que sólo me embriagaría 
ron el zumo de tu vino. 


Aspirando cae prrlume 
dr tu cuerpo escultural, 
no se qué anhelo sensual 
fabrilmente me consume.. 



Q a JULIO J. CASAL 

Para aplacar mía enojos 
y olvidar viejos resabios, 
dame la miel de tus labios 
y el paisaje de tus ojos. 


Junio * ü siento correr 
un ignorado calor... 

Llevo tanto, que una flor 
ya marchita y sin color, 
lograra reflorecer 
sobre mi huerto interior. 





HOMBRES DE CRISTAL 


Vamos tranquilamente 
por esas calles... 
Nuestro disfraz eterno 
de opaca carne 
desfila inadvertido, 
trivial, no atrae... 


Peregrinos A veces 
por tas ciudades, 
nos detenemos sólo 
frente a vulgares 
rasas sin cortinones, 


JUIJO J. CASAL 


cuyos cristales 
dejan mirar el fondo: 
las familiares 
escenas nos encantan; 
no hay ni un detalle 
mínimo que a la vista 
curiosa escape. 


Frente al balcón se juntan 
las vecindades, 
y estudian y critican... 

Es nuestra carne 
la cortina del alma 
que las maldades 
disimulan. Si el hombre 
actual dejase 
de su alma el sombrío 
y obscuro traje, 
todos nos seguirían. 

Para que nadie 
la habitación interna 
no señalase, 


NIU Vuft HORIZONTES 


8S 

y» se la limpiarla 
de sus ruindades. 


Nos ampara el misterio; 

por eso nadie 
cambiara la cortina 
de tosca carne 
por las puertas que tienen 
claros cristales. 








DKL PUEBLO X 


Por no seguir la corriente 
de esta aldea mercenaria... 
(cuantas ilusiones rotas! 
icuftntas vidas fracasadas! 


Corred en pos deja sombra 
vulgar de ese Sancho Panza, 
del gobernador, y entonces 
la vida será más clara. 



JUMO ¡ CASAL 


Saludad humildemente 
la figurilla antipática 
del alcalde, que su mano 
odios ó amores derrama... 


Por Dios, nunca alcéis la frente, 
con ideas avanzadas... 
jQue viene el Ayuntamiento 
con su lúgubre guadaña! 


EL ANGELUS 


Muv cakiSosamixti 
Ai Docto» Cunos Muño* A»*ya 


Repican misteriosas las campanas. 

El espíritu sueña emocionado 

con la# remotas ilusiones vanas 

que duermen en las ruinas del pasado. 


Iji brisa mueve cadenciosamente 
la copa de los árboles. La tarde 
r* una antorcha inmensa, incandescente, 
uur entre los claros horizontes arde. 


9 ® 


JUUO j. CASAL 




Flota en el aire una liviana esencia. 
Aún tiene el sol algunos resplandores; 
sin embargo, se nota la presencia 
de la estrella que adoran los pastores. 

El Angelus inunda el mar, el llano... 
Descúbrense i su voz los peregrinos; 
la seAal de la cruz tiembla en la mano 
de los fieles y humildes campesinos; 
la sombra adquiere originales tintas 
y el crepúsculo envuelve entre sus cintas 
de violáceos matices las caminos... 




PERFILES ANTIGUOS 


Á Alejandro Sux. 


Entre los muros de esta 
ciudad vivió la Corte 
de numerosos reyes; 
estas mismas mansiones 
tristes, aposentaron 
á mis de un gentil hombre. 


Enrique IV, el bravo 
principe de gascones, 
cunocío aquí á marquesas 
A quienes dió por dote 
infantes que tuvieron 
su galanura y porte... 


9 » 


JULIO J. CASAL 


Todo el pueblo reía: 
los taciturnos monjes, 
los pajes, los guardianes; 
hasta Crilión, el noble 
Crillón bebió la dicha 
con todos sus pulmones... 


En poco tiempo el pueblo 
dichoso, desligóse 
de todas sus riquezas 
y de todos sus goces, - 
fué un tejado de vidrio 
que aprisa desplomóse 
al cambiar los monarcas 
de palacio y de nombre... 


En esta vieja calle, 
bajo la lumbre pobre 
y pálida de antiguos 
y miseros faroles. 




NUEVOS HORIZONTES 93 

rirtcn los marineros 
prodigándose golpes 
de pufio, por los ojos 
de alguna maritornes, 
tan fácilmente como 
se bailan entonces 
caballerosamente, 
y a espada los seAores, 
por la princesa, acaso 
mas bella de la Corte... 




INFINITOS 


Al Doctor joii María Higuera Momio 


Por instantes cuando subes 
los ojos a lo infinito... 

¿Nunca viste entre las nubes 
nada escrito? 


No hay verso de más dulzura 
ni de Un bello color 
f'omo el que puso en la altura 
la diestra del Hacedor... 


En el cielo hay un paisaje 
de riqueza sorprendente 
que suele cambiar de traje 
diariamente... 


El fragor de U tormenta 
¿dónde estriba? 

¿No nos viene de la venta 
milagrosa de allá arriba?... 


Y ese sol que por asalto 
toda la campífia inunda... 
¿no tiene oculta en lo alto 
su aterciopelada funda? 


Pasan en rápido vuelo 
las nubes de grises vestes... 
¿Quién descorrerá ese velo 
do las regiones celestes? 


NUKVOf HORIZONTES 


Viendo este mundo brillar 
¿no habrá entre los astros, otros 
cjue ingenuos den en pensar: 

Si serán como nosotros? 


I ntrc las nubes se fragua 
todo lo que es menester: 
l'*s huertos encuentran agua 
fresca para florecer... 


Miremos siempre á la altura 
cuando nuestra espiritual 
flor, sienta la picadura 
venenosa de algún mal... 


Para mágicos consuelos 
dr mu tros agrios desvelos 
y terrenales querellas, 
un poeta hizo los cielos 
engarzándolos de estrellas... 



A MEDIA NOCHE 


A Armando Vumvi 


Dialogando interiormente 
con los raros personajes 
que habitan rn los obscuros 
y misteriosos desvanes 
de nuestro yo, n»e olvide 
de las absurdas y fragües 
cusas de la vida... Cuando 
volví a continuar el cauce 
mundanal, tal voz habla 
rn mis grutas cerebrales, 
que la escuché al lado mío 
sonar cadenciosa y grave... 



loo 


JULIO J. CASAL 


Mi alucinación creyó 
oir acentos terrenales 
é inquieto, de mi aposento 
descorrí los cortinajes, 
interrogando en la sombra: 
¿Habló alguien? 


MACANA PRIMAVERAL 


A Eduardo di Ort 


Me asomo A la ventana 
y en esta paz monótona del pueblo 
me parece que vuelven 
mi» mejores ensueños... 


Sobre las rojas tejas de los pobres 
caserones, ya Viejos, 

Ins golondrinas de colores pardos 
cruzan en raudo vuelo... 


103 


FUUO J CASAL 


Suena en el aire, oliente 
& Primavera, el eco 
de la voz de Ion gallos 
que cantan alli lejos... 


Un grupo de vecinas 
pasan con amplios cestos 
en donde llevan llores, 
legumbres, pollos tiernos... 


Un portalón se abre 
con remarcado estrépito; 
vibra la campanilla 
del collar de algún perro... 


Poco á poco se inunda 
de ruidos el sendero, 
y ia mañana envuelta 
con claro sol de fuego, 
amanece sonriente 
sobre la paz del pueblo. 


FAMILIAR 


Ni la Naturaleza 
ron toda su belleza 
de esos raros trajes 
que hay en sus paisajes; 
ni aquellos torrentes 
de las claras fuentes 
que entre los boscajes 
de verde frescura 
desgranan lenguajes 
de intensa dulzura... 

Ni todas las cosas 
bellas, portentosas, 


■04 


JULIO J. CASAL 


no me causan tanto 
misterioso encanto 
como ver la linda 
boquita de guinda 
de Inés, cuando bebe 
del vaso de nieve 
redondeado y lleno 
de tu blanco seno... 


EN ESTA TARDE 


i' n cala tarde, ajada por la lluvia, 
el ánimo lamenta 

que en loa amplios paisajes 
del «lelo y de la tierra 
formen grises dibujos 
las invernales nieblas... 


Entornamos los ojos 
y Subamos en esas 
lardes esplendorosas 
que alegres centellean 
l»»j» el sol, cuyos rayos 
ile Un intensos ciegan... 


loó 


JUI.IO J. CASAL 


Junto á nuestra ventana, 
cuando menos se piensa, 
rompe un órgano en vagas 
canciones callejeras, 
que en el ambiente triste, 
dulces y amables suenan... 


¿Sigue el cielo plomizo? 
¿Continúa la tierra 
con el eterno manto 
de soledad cubierta? 

¿Las calles están siempre 
húmedas y desiertas? 


Nada sé. Ya la vida 
mundanal no me tienta 
y los cerrados ojos 
me escudan de la niebla, 
y esta música alegre 
me parece tan llena 


NUrVOS HORIZONTES 


d* claridad, que creo 

que es como un sol que incendia 

los fabulosos pueblos 

que rn mi interior alientan... 






NADA MAS?... 


Dr improviso aquella espina 
(mi punradorn ilr un mal, 
fl> •taparen- del toda... 

de felicidad 
eral icm nuestra frente; 
el gusano pesar 
»r deshace bajo el paso 
drl pie de un feliz azar. 


IO 


JULIO J. 


Ayer, tristes, resignados 
casi del todo a llorar, 
queríamos solamente 
nuestro dolor atenuar; 
nos alcanzaba con una 
breve dicha nada más... 


Hoy en nuestra noche, hay rayos 
intensos de claridad; 
no nos dada mas la espina 
de aquella fatalidad; 
marchamos por la existencia 
sin sufrir acaso ya, 
y sin embargo la eterna 
pesadilla, el torpe afán 
de querer nuestra alcanzada 
dicha breve completar, 
nos hace una y mil veces 
con avidez exclamar, 
eternamente sedientos 
de otros goces.,. ¿Nada mas? 


AL MAR CANTÁBRICO 


A Ji'uo R*úi Mundo, aiiamu 


Siempre vengo a tu orilla, viejo mar, 
mi viejo mar amigo, 

|mu» trmplar mi ánimo sintiendo 
tus oleajes bravios... 


I <i montana, con todas sus grandezas, 
al monte con sus pájaros y nidos 
y loa centrales y soberbios pueblos 
•M» timen tu atractivo... 


ría 


juuo J. casal 


Mas que las capitales interiores 
adornadas apenas por un rio, 
prefiero las cantábricas provincias 
adormecidas por el son marino... 


Mar de cresta aleonada, toda espuma, 
con tus mirajes quietos ó intranquilos, 
mar como la mujer, siempre voluble, 
¿quién no sueña contigo?... 


Desde un banco de piedra de la playa 
y a media noche, miro 
temblar en las alturas las estrellas 
que se me antojan puntos suspensivos... 


El cielo es todo claro, como una 
luna de cristal limpio; 
llega hasta mi la música temblona 
de los vals del Casino; 


MI » Vi i lluüIJiOMLs 


** ucht a la distancia la algazara 
•la un corro femenino 
• |i»r comenta con risas ei arranque 
ponentino d« un fuego de artificio 
•I»*' • Afilió junto á un grupo 
•liKMvmrtclo a varios niftos... 


Alia lt!)o* rl cielo se sonríe 
• •mi mj% luceros límpidos, 
la *o« ti dad se embriaga de licores, 
d» palabras sin fondo ni sentido, 

I 1 1 publico también se alegra ingenuo 
con vulgar regocijo, 

I P< i lu r viejo mar. tú nada quiere», 
continúas altivo, 

■ (pin húmente triste, balanceando 
I • o hit ondas azules o en tu oleaje bravio 
Im% barras pescadoras:... Orgulloso 
yo no se qué extraeos rumos 


Je fuerza y voluntad: por eso vengo, 
para templar mi espíritu 
en tu ruda canción oliente a sales, 
mi viejo mar amigo... 





k ( TORNOS SENTIMENTALES 


V'a llego á los mares 
claras, tutelares... 

Allí está la torre 
y el rio que corre 
cuntando su eterna 
rantinela tierna. 

No» decimos cosas 
intimas y hermosas. 

I >r nuevo ha llegado 
sonriente el pasado... 


n6 


jt'iJO J. CASA». 


¿Ves? Mi pensamiento * 
vuela mas que el viento. 

Con cerrar los ojos, 
lleno mis antojo». 

Mi melancolia, 
tiene una Alegría: 
mismo á la distancia 
siento tu fragancia! 


I «¿A Rocl* lc f »9 : 













SOMBRAS luminosas 


Á Auuou £. MtaiwH 


Voy hacia el pueblo... Agosto 
virtió su canastilla 
il« planta* y de frutos 
|tm toda la rampirta... 


I nlrr el verde follaje 
•Ir U arboleda, el dia 
|M unavrral y diáfano 
«bilí cmentre se filtra... 















Todo es alegre... p« ro 
¿quién me asestó la herida? 
Alguien dejó mi fuego 
convertirse en ceniza 
y tras de los cristales 
de mi melancolía, 
veo las nubes grises, 
las hojas ya marchitas, 
las rutas solitarias 
y los campos sin vida... 

Después de un tiempo, vuelvo 
& la ciudad— la brisa 
es invernal — la noche 
es lóbrega y es irla; 
en el cielo sombrío 
sólo hay nubes plomizas. 


Todo esta triste... pero 
en la humilde y tranquila 
aldehuela, unas manos 
me curaron (a heriua... 


»• I VOS IH KI/OSTf-S 


Y ii causa de esa nueva 
ilusión que me agita, 

tur calor el alma, 

■ Ir antojan que brillan 
li» astro» en la altura... 


.tjuién frente a mis pupilas 
puto un lente tan claro? 

I'i»r la ilusión que es vida, 

»e troca la tristeza 
rn mágica alegría, 
i hasta la misma sombra 
piirrce lux dormida! 


■ 



PIEDRAS 


Si por este camino 
largo de la existencia 
fuéramos arrojando 
piedras blancas ó negras, 
para marcar con unas 
nuestras hondas tristezas 
y con las otras todas 
Inn alegrías buenas... 
Entonces..., jay!, icnlonces 
qué pocas piedras 
transparentes y blancas 
y cuantas negras! 



MIGUE!. DE UNAMUNO 


Don Miguel de Unamuno, aquel Kector 
de la Universidad de Salamanca, 
ofrece estas dos notas de valor: 
la incomparable pluma, siempre franca, 
y una conciencia, más que todo, blanca... 
p iini'iencia que no cambia de color). 


liten lo pintó la frase del poeta: 

•Mn miedo del malvado á quien domina, 
ttriide la mano al bueno." Y tanto reta 
•l. ade su verde é intelectual colina 


124 


JIM »o J. CaSAI 


al mercader que á nuestros pies camina, 
como al astuto que escaló la meta. 


...Yo por este “Hombre-Dios “del arte siento 
latir mi admiración con mayor brío 
que empuje tener puede el pensamiento, 
fuerza las aguas del más vasto río, 
frutos la tierra cuando llega estío 
y estrellas en Abril el Armamento. 


Puesto que suele hablarconsigomismo, 
creo que todo el Universo cabe 
en el loco magín de su idealismo... 
Cuando canta me digo: he aqui el ave 
que con su voz supo encontrar la llave 
de un reluciente y clásico lirismo. 


Por esos caminos, lleno de ilusión, 
luchando a la sombra de toda razón, 



MU VOS 


«25 


t n |na de lo bello, contra la falsía, 

,ial Rubén lo dijo ya en una canción, 
lu ve eternamente la quimera mía, 
un I* adarga al brazo, toda fantasía, 

, I* I ni /.a en ristre, toda corazón... 





LOS PERSONAJES 


A matante nuestra frase 
maU corno un veneno, 
y *in embargo suele 
también «ervir de aliento. 


En tuda mano hay oro, 
cordialidad, afecto, 
y rl interés bien puede 
mancharla con su cieno. 


JUUu J. CASA! 


rae 

Todo* hrmn* pecado. 

1 lembla en nuestro recuerdo 
de la vieja acción, unos 
rasgos blancos ó negros. 


Del amigo las penas 
nos causan llanto acerbo, 
ó pone en nuestros labios 
un agradable gesto... 


¿Por i)ur solemos ser 
tan tranquilos ó inquietos, 
sensibles, inhumanos, 
falsos ó verdaderos? 


;Ah!... No .somos nosotros 
hay en nuestro cerebro 
personas que nos dictan 
distintos pensamientos, 






MUI VOS HuRlZuM'cS 


13* 

Ocultos en el fondo 
de nuestro ser hay ciertos 
seres que nos dominan: 
somos unos grotescos 
fantoches nada ma*, 
que sólo nos movemos 
a impulsos de mandatos 
y de instintos ajenos. 


Obramos con espíritus 
nerviosos ó serenos... 
abrimos una herida 
ó la curamos luego; 
arrojamos espinas 


6 rosas á un sendero, 
para que unos pies sangren 
ó se impregnen de incienso 
y otras cosas diversas 
bien á menudo hacemos 

v 


JULIO 


130 


porque el hombre más noble, 
y equilibrado, dentro 
de su espiritu tiene 
un personaje malo y otro bueno 




FLORES DE PAPEL 


Recuerdo que siendo 
casi nifio, un dfa 
si ver en el amplio 
«alón de familia, 
cuatro ó cinco rosas 
(odas de anilins 
y papel, gastadas, 
casi desteñidas 
por el sol y el tiempo, 
corrí con gran prisa 
4 buscar un poco 


13 » 


JIH.H» J. CASAL 


de agua cristalina, 
que vertí en el búcaro: 
la inocencia mía 
no v¡6 el artificio... 

Mi fe era tan viva, 
que sentí en el alma 
rayos de alcgia, 
pues cref que aquellas 
rosas tan marchitas 
por el sol y el tiempo, 
ya florecerían. 


LOS VENDEDORES 


Á Rui* Darío 


-Quien fuera vendedor 
para ptsaime el día en U 
calle gritando: ¡Quieu com- 
pra ajorca» y pulieras do 
plata y de cristal?» 

R. Tagokil». / PüfnutH tmdioaj 


I .nsi pobres vendedores ambulantes, 
•on sus gritos me causan 
honda melancolía... ¡Cómo duele 
la voz triste, aflautada, 
qur suena su estribillo hasta el cansancio: 
^ • (Pulseras de plataL.* 


*34 


JULIO J. CASAL 


Eternos peregrinos de la vida, 
no detienen su marcha 
casi nunca y caminan resignados 
bajo el sol, bajo el agua... 
de pueblo en pueblo, 
de casa en casa, 

compran el pan, vendiendo sur ajorcas 
y pulseras de plata.,. 


Todos los vendedores me dan pena... 
¿Nunca habéis remarcado cómo cantan 
su mercancía en esas rudas horas 
de una siesta que abrasa?... 


jMercachifles de todos los caminos, 
baratijeros, parias, 
que andais de un lado A otro 
llevados por un viento de desgracia!... 


Nwrvn* horizontes 


«35 


Yo, como el indio-niño, también tuve 
mi gota de nostalgia 
ilr no poder burlar de mis maestros 
la aguda vigilancia, 
para vender lo mismo que vosotros 
por lili calles desiertas y apartadas... 


Leonardo, el buen frutero 
de la ardiente Calabria, 
Joaquín el pescador 
de las tierras de España, 
Matías el que arregla 
km deshechos paraguas... 

A Pedro, i Juan, á toda 
la errante caravana, 
mi fraternal poema 
o* lleva su fragancia. 


I leí nos peregrinos de la vida, 
•minian lentamente la jornada. 


* julio j> casal 

Son de la misma tierra miserable, 
de la tierra inhumana, 
llegan de todos sitios, ya cansados, 
el corazón ron canas: 

|&on los humildes pobres que nacieron 
sin hogar y sin patria! 


EL INTERPRETE 


Á 


MvkKU M Al II apo 


r>oo Cesáreo, el intérprele de la Imperial Toledo, 
l«utortsé) es un mozo de tan buena memoria 
r para bien de su oficio- que se conoce al dedo 
trníí» lo que provenga de narración ó historia. 


Refiere a los turistas que Cervantes fue manco, 
y que escribió su Ilustra Fregona en la "Posada 
de la Sangre". Asegura después que fué pintada 
ipara cubrjr lo bello) toda iglesia de blanco... 


T38 JULIO J. CASAL 

Se sabe casi todas la» frases del Btr-deker, 
y mientra» yo me pierdo por la calle de Becqucr 
aflorando romances de tiempos que no son,.., 


Cesáreo, ajeno al arte y a toda fantasía, 
por las tristes callejas mi inquieto paso guía, 
silbando indiferente, yo no sé qué canción. 


SOY UN SENTIMENTAL 


A Qmi Cortinas 

Soy un sentimental. Y lo lamenta 
Cualquier desgracia el corazón me toca. 
Me conmueve una hunda. ¡Cuanto siento 
no ser más duro que ct cristal de roca! 


Cuando veo las llagas de un hermano, 
hacia su lado sensitivo corro 
llevando, ya en los labios ó en la mano, 
la vergonzosa ofensa del socorro! 


MO 


JU! IO J. CASAL 




Analizando mi agitada vida 


para la humanidad incomprendida, 
con su dolor al mundo indiferente, 
quisiera ser lo mismo que esa fatua 
maravillosa y egoísta estatua 
de corazón de piedra, que no siente! 












FELICIDAD SUPREMA 


Si quieres ser feliz 
y admirado, cultiva 
rl arte de los toros, 
trócate eu pugilista, 
harte burgués ó cómico, 
vive de la política, 
usa un bastón de puño 
brillante, gasta fina 
alfiler de corbata y más que todo 
llamante y bien cefiida 
lleva esa refinada 
prenda que es la levita... 


143 


JULIO J. CASAL 


Asi muy fácilmente 
los padres de familia 
te abrirán sus salones; 
te casaras con rica 
y majestuosa hembra... 

Y habrá de llegar día 
en que serás ministro 
y tu renta política 
gastarás en caballos, 
en cigarros y artistas... 

Pero jamás cultives 

las pasiones daáinas 

del hombre: no hagas música, 

ni pinturas, ni ritmas, 

porque el mayor de todos 

los placeres se cifra 

en ser audaz, pedante, presumido, 

sin un ápice de arte y poesía, 


Arbol... 


Arbol peque Ao que estás 
puesto en medio del camino, 
me da una pena mirarte 
tan débil, tan enfermizo... 


Eres el eterno humilde 
y tu ropaje amarillo 
no sintió cantar los pájaros 
ni tuvo el peso de un nido. 



¡Cómo envidiarás los otros 
grandes árboles amigos, 
tan frondosos, un esbeltos, 
tan rumorosos y altivos! 


Bajo tu sombra jamás 
se realizaron idilios 
porque tu ramaje nunca 
fué para el amor propicio. 


Viéndote tan triste y seco, 
'no sé por qué me imagino 
que en este próximo Otono, 
al igual de todo tísico, 
morirán tus mustias hojas 
y con las hojas tú mismo! 




EL DOLOR 


Ninguno ve acostumbra 
4 los hechos amargos. 

I »p un solo gesto, el vino 
•Ir ln dicha gustamos; * 

»■« ro la copa de un dolor, tan sólo 
bebemos trago 4 trago... 

¿V fwr que asi? Alegrías, 
penas, ¿no son, acaso, 
la vida? jQue cobardes, 

<|ue miedo al dar el paso 
■obre la movediza 
tierra de lo ¡gnoredul 


IO 


146 


JULIO J. CASAL 


La tierra, la más firme 
tiene por fuerza fango... 
•jSi nos sepultaremos!* 
inquietos exclamamos. 


Nada más que á la dicha 
reimos de buen grado. 

A mi ya no me inquieta 
lo bueno ni lo malo. 

Esos dos personajes 
no me son nada extraños. 
A uno le pongo cara 
de risa y de entusiasmo: 
•jBien venido, placer!* 


Tan familiarizado 
estoy también á todas 
las zarzas y los daños, 
que en el dolor yo veo 
la sombra de un hermano. 


HUI Vuh IIOKIZUK t L‘S 


y cuando tarda, i veces, 
en llegar a mi lado, 
mí afecto lo interroga 
con ojos y con labios: 

¿l*or qué no venir ames? 
|Ocieaba tu visita tanto, tanto! 




SENDAS ESCONDIDAS 


En este barrio, en que pasé las horas 
in»s diáfanas y bellas, 
y • n que soAC tantas canciones claras, 
nu conocen apenas... 


I .a Rente me saluda cortesmente, 
rumo A un sefior que goza de sus rentas, 
y « n la casa en que vivo hay un portero 
que me ofrece novelas por entregas... 


JUNO J. CASAL 


f 5° 

No hay emoción más hofi Ja que la mía: 
Ser autor de romances y poemas 
y construir fantásticos jardines 
sm que nadie lo sepa... 


Tiene el barrio un teatro. A veces, suelen 
organizarse fiestas, 
en donde lucen sus habilidades 
magníficos poetas. 


Yo paso inadvertido. Desde un amplio 
sillón de la platea, 
para aplaudir, mis manos generosas 
están siempre dispuestas... 


Soy un vecino humilde. Un periodista 
me llama la atención de las bellezas 
de la elegía sensitiva y cursi 
de un vate de romántica melena... 


hi rvos moiuzontl* 


*5* 


jSer ignorado por el mundo todol... 
Srr un Rotschild de ideas 
»iiu no ilumínen nada más que el cielo 
dr nuestra vida interna! 





EL APEADERO 


Al maestro Aleudo Vician 


Triste apeadero de aldea, 
te vuelve á ver mi memoria 
siempre solitario, ardiendo 
bajo el sol, sin una sola 
ramazón de árbol amigo 
(|ue te cobije en su sombra... 

Nunca supiste de cargas, 
ni de enjambres de personas, 
ni tienes esas tabernas 
vulgares, en donde toda 
la juventud canta y brinda 
por la salud de la moza... 






*54 


Jamas frente A ti los trenes 
de gran lujo se estacionan. 
Sólo algún carro de bueyes 
que guia una labradora 
hace retumbar las piedras 
mal salientes que te adornan. 




Y cuando ai caer la tarde 
te envuelves en la luz roja 
de tu linterna fantástica, 
mi espíritu se emociona 
pensando en las pobres gentes 
que alrededor tuyo moran... 


{Pobres gentes, que se afanan 
eternamente y laboran 
sobre un miserable trozo 
de terreno, en el que brotan, 
mas que el trigo necesario, 
las rosadas amapolas! 




■USVUS HORIZONTES 


«55 




Triste apeadero de aldea, 
Biempre en mi clara memoria 
dejarás un surco inmenso; 
con tu vida tan monótona, 
con tu paz tan de sepulcro, 
con tu columna verdosa, 
en donde el reloj de acero 
ni marca las justas horas... 

Triste apeadero de aldea, 
no rae entristece tu honda, 
tu humilde tranquilidad, 
sin bancos y sin personas. 
Amo la fisonomía, 
siempre antigua, de tus cosas. 


Y en tu silencio yo encuentro 
las palabras más sonoras... 
¡pero qué pena me das 
verte al sol, sin esas hojas 
gratas de un árbol amigo, 
que te abriguen con su sombra! 








RETRATO 


Prosaica historia la de mi amigo, 
de señor á mendigo, 
de mendigo a seAor; 
mempre ensayando el salto 
desde el suelo á lo alto, 
de la dicha al dolor. 

Del sombrero de copa 
pasa á la burda ropa. 

S>- abriga bajo pieles 

0 anda desnudo. Apura 
igual la desventura 

1 »mo se embriaga en mieles. 


JULIO j. CAS Al. 


158 

Repartiendo el provisto 
bolsillo ya lo he visto, 
cual padre de familia... 
También lo bailé minado 
-rotoso y demacrado 
por forzada vigilia. 


Indiferentemente 
bebe el champagne hirvíente 
ó agua de un manantial... 
Que su filosofía 
lo adapta a la alegría, 
a la noche y al mal. 


Con sus viajes raros, 
de los cielos tan claros 
¡i la sombra que inquieta, 
hallo en ini compañero, 
el más fiel y sincero 
retrato del poeta... 





nuevo» itoituojrrK» 


I.» poesía, eternamente, 
será fuente 

de la dicha ó del dolor; 
por cbo. siempre, mi amigo 
pasar» indistintamente 
de seftor á mendigo, 
de mendigo á señor... 





MAS... 


Más que los rasgos geniales 
tlr las ciudades modernas, 
ron sus soberbios casinos 
y las sonrisas externas 
il> sus snobs, tan formales, 
tan canallas como linos... 


Mas que el mágico palacio 
tlrl Parque, más que los trajes, 
* I auto-chic, la elegancia 
del fabuloso topacio 
que luce entre sus encajes 
una cocotte de Francia... 


ii 


16a julio j. casal 

Mas que el notable teatro 
y aquellas manos falsarias 
que entre la piel de unos guantes 
ocultan de mercenarias, 

por lo menos más de cuatro 

% 

gentil hombres elegantes... 

Bien más que e! ruido y la farsa 
de toda humana comparsa, 
prefiero la misteriosa 
ruta, el crepúsculo rosa, 
la voz mística y vibrante 
de una campana que suena 
desde una iglesia distante, 
de ritmos alados llena... 


Más que tas construcciones del presente 
con Unta simetría, siempre iguales, 
mucho más que los modales 
de la distinguida gente. 


rae encantan esos disturbios 
que Rrman los pescadores en el puente, 
y las casas sin lineas, desiguales, 
de los tristes suburbios... 






FRENTK... 


Frente á tus ojos, comprendo 
lo grato de la existencia: 
ellos son los claros faros 
que iluminaron mi senda... 


Mirando tus rojos labios 
que Un dulcemente besan, 
no dudo por qué hay sonidos 
suaves y palabras tiernas... 


i66 


juuo 


Viendo los rizados bucles 
de tu rubia cabellera, 
me digo: ya sé de dónde 
provienen rasos y sedas... 


Cuando en la suma embriaguez 
mis brazos sienten la intensa, 
la honda impresión de tu cuerpo 
— todo juventud y belleza- 
mi alma tanto >e emociona, 
mi cerebro tanto sueAa, 
que encuentro en tu blanca carne 
las mas fragantes esencias, 
y me parece que brillas 
como las mismas estrellas. 




• ' I ’ 









DE VIAJE 

« 


Suena en el ambiente aldeano 
la nota de una canción... 

La preludia un hombre sano 
de cerebro y corazón. 


Se ve á un pájaro cruzar. 
Mientras lo sigo en su vuelo, 
siento que me muerde el celo 
d* no poderlo imitar... 


00 * JULIO J. CASAL 

Abandonamos la villa 
tan malsana y tan obscura 
y buscamos la sencilla 
pa* de una aJdrhuela pura... 

La brisa primaveral 
tiene los mismos aromas 
que nacen entre las lomas 
de mi villorrio natal... 


Sobre el amplio puente rueda 
el coche, tjuc se retrata 
sobre la tersa vereda 
del mar, todo azul y plata... 

Vamos al campo. Convida 
todo A beber de loa senos 
bien redondeados y llenos 
de nuestra madre la Vida... 




LAS HUKRTAS 


' ■'* ’PV 

Á )o»i M*»U Dov>«tv 


¿Nunca habéis remarcado en esas huertas 
que hay en las avenidas silenciosas 
y entre cuyos cuadrados de jazminez 
se ven andar las sombras? 


La brisa mueve con sus tibios dedos 
las palmeras frondosas, 
y en el claro silencio de la nuche, 
su cantinela un ruiseftor entona. 


170 


JULIO J. CASAL 


El jardinero, un viejo jardinero, 
lleva en sus manos toscas 
el pan de los verjeles; se oye el agua 
verterse entre las plantas gota A gota.., 

No suelen desfilar por estas tristes 
avenidas, enjambres de personas, 
y tan sólo se escucha algunas veces, 
la voz gastada y ronca 
de un car re-tero hablando á sus dos bueyes 
que al establo retornan... 


Huyendo de los ruidos, de la vida 
agitada, de toda 

la falsedad del mundo, ¡quién pudiera 
vestirse con las telas de la sombra 
y ser de piedra, igual que esas estatuas 
qui ni ríen ni lloran, 
y eternamente jóvenes, y ajenas 
A los hombres y cosas, 

¡como guardianes fieles y callados 
los portales adornan I 


LAS CRIADAS 


Ed estas grises mañana* 
de un crudo invierno cantábrico, 
mr dan pena las doncellas de servicio 
que vuelan hacia el mercado; 
envueltas en bus mantones, 
ron la burda cesta al brazo, 
sin un paraguas que cubra 
bus carnes... Chapoteando 
van con las botinas rotas 
bajo el agua y sobre el fango... 


JOMO J. CASA» 


I72 

¿Y aquellas otras criada» 
que yo he visto allá en mi barrio? 
¿Qué será de ellas? ¿Murieron? 

¿Á su pueblo retornaron? 


Bien sufren el pan que muerden. 
Espíritus resignados 
que ni un momento abandonan 
la esclavitud del trabajo. 

Se desvelan por la noche 
llenas de sueflu y cansancio 
para dormir á los nihos 
al arrullo de sus cantos, 
y humildes, sin un reproche, 
sin un justo gesto amargo, 
se despiertan con la diana 
bulliciosa de los gallos... 


Pasan pálidas, envueltas 
en mantones desgarrados. 


NUKVQS MOKIZONTtS 


presurosa» como sombras... 
(Pobre» mozas, que dejaron, 
ignorante» de la vida, 
sumisa» <1 todo trato, 
el aire de sus montañas 
y la salud de sus campos! 




EL PRINCIPIO («I 


¿De dónde venía yo, cuando tú me encontraste?, 
preguntó el nido, todo rosa y nácar... 

La madre lo acercó junto á su pecho, 
y, mientras cun su afecto lo abrigaba, 
le dijo asi; Venias de ía tierra 
remota de mi infancia, 
dentro del corazón siempre sentía 
moverte como un ala... 

Has vivido en la vi Ja de rni madre 
y en mi vida. Flotabas 

I Ó Inspirado en Ki prmnfho, di? R. Tagore, al través 
d«* la prosa de Zenaida Canibr uni. 






JITI.Ill ). UMI 



I76 

en el litar de nuestro hogar. Mil veces 
con barro imaginario te formaba. 

Tu espíritu inmortal, hace ya siglo» 
puso su nota clara 
en nuestras cosas todas y regla 
con su amor nuestra casa. 

Cuando mi juventud abrió sus hojas 

tú fuiste su fragancia... 

jFrimer amor del cielo, 

fraternal luz del alba, 

venias de la tierra 

remota de mi infancia! 


y al fin te detuviste con tus charlas, 
con tu risa y tus nítidos gorjeos 
en la cuna sagrada 

que te forma el abrigo de mis brazos... 
¡Sin conocer tu imagen ya gozaba 


Subías por el rio de la vida 





íes siembre bellos. 




nuevos horizontes 


*77 


y de tu» labios, rojos como grana! 

No me extrafia tenerte junto al pecho,» 


(Mace tiempo morabas 
perfumando, cual flor, los maternales 
rincones de mi alma! 


13 





LAS VENTANAS 


Á Makuu Mi/noa 


Desde la sombra del puente 
veo una ventaos abierta, 
y á su luz, tenue y doliente, 
mi imaginación despierta... 


¿Quién vela? ¿Un vate ignorado 
trasnocha buscando un verso 
diáfano, límpido y teño, 
por ningún otro sodado? 




«8o JU1.IOJ.CAMI 

¿Un lacayo de librea 
esperará A su señor, 
adormecido al calor 
bueno de la chimenea? 


¿Un tosco burgués que, acaso, 
tiene In luz encendida 
porque ha sentido algún paso 
y teme perder la vida? 

¿Quien será? ¿Algún escribiente 
trabaja, con mano incierta, 
sobre un roido expediente...? 

... ¿Se está velando a una muerta? 


Bajo la lámpara amiga, 
un novelista algo hastiado 
que no pudiendo dormir, 
¿pasa el tiempo en escribir 



NUT.VOS HORJZONTTS 


181 


alguna historia liviana, 
mientras aguarda el rosado 
despertar de la mañana? 


La luz, ¿iluminará 
el féretro de un dolor 
y deudos tristes, llorosos?... 
¿0 reirán dos amorosos 
sobre el lecho del amor? 


Viendo un reflejo brillar 
al través de una cortina, 
¿vuestro instinto no adivina 
una escena familiar? 


¿Quién vela en las alias horas? 
Persona, acaso, que moras 
en esa mansión del puente, 
mereces ser engarzada 


iBa 


jüUO J. « AftAI. 


cn e! oro reluciente 
de la sortija encantada 
de una canción ignorada... 


Tal vez estas increadas 
y fantásticas figuras 
en mi romance ideadas, 
¿vendrán por nuestro camino? 
¿Nos darán á beber vino 
de dichas ó de amarguras? 


Cuando menos lo pensamos, 
los desconocidos seres 
con los cuales nos cruzamos, 
nos causan llanto ó placeres,.. 

— Y eterno romanticismo, 
padre de todo lirismo, 
que me haces sonar en ciertas 



NUEVOS HORIZONTES 


.83 


cosas y amar las dolientes 
luces tenues y lejanas 
que brillan en las abiertas 
y misteriosas ventanas... 



HEROISMO 


Ya lo sabias... Mi camino estaba 
sembrado de tinieblas, 
en mi jardín no florecían alas, 
rosas, ni estrellas. 


La sombra del dolor me perseguía 
rondándome de cerca; 
por mi cielo interior cruzaba triste 
la nube opaca y negra. 


(86 


JUMO J. CA5AI. 


Me viste solo, con mi mal al hombro, 
trepando por la cuesta 
del olvido, romántico 
sofiador de una idea 
que á pesar de su lumbre 
los hombres nunca vieran... 


Supiste que las tablas de mi barco 
podrian deshacerse en una pena, 
supiste que a mi lado todo es sombra 
que i, mi la claridad del sol no llega... 


V' sin embargo, me seguiste. Frente 
* mi noche, sin cantas, sin estrellas, 
comprendo el heroísmo de tu alma 
siguiéndome al través de la existencia! 






VOY... 


A Amado Nuvo 

Voy por esos apartados 
barrios, poco iluminados... 

Esa calle tan desierta 
es lo mismo que una muerta: 
sólo un deudo la acompasa 
y es la luna que en su incierta 
claridad tenue la bafta. 

Este largo callejón 
sabe darme la impresión 
honda, que no tiene nombre... 

Nunca ha visto las verbenas, 
ni bailes: por «I apenas 
cruza la sombra de un hombre. 


i88 


JULIO J. CA>AI 


Cual torpe caricatura, 
como un beodo inseguro 
en su andar, va mi figura 
ya corriendo por un muro 
ó haciendo raras cabriolas 
por las calles retiradas, 
tan tristemente calladas 
y tan solas... 


En manos del guardián bueno 
que ex i «te en todo sereno, 
esa linterna fantástica 
cuya luz. errante, elástica, 
la brumosa calle llena, 
parpadeando allá, á lo lejos, 
con sus pálidos reflejos, 
roe parece un alma en pena... 


Avenidas silenciosas, 
opacos alrededores, 
vosotros me habíais de cosas 
intenores. 





A ANTONIO REY SOTO 


La brisa de tu arte, que los claros, 
misteriosos y raros 
trigales de tu ingenio balancea, 
ha de cruzar los mares, 
llevando hacia otras tierras los cantares 
forjados por la fuerza de tu idea! 


Hay sonidos de mística campana 
en tu canción vibrante, 


190 


JOMO J. CASAL 


y un humilde y fragante 
perfume á mejorana 
en tus inmensos versos, 
limpios como pasados por crisol, 
como las ondas de los lagos, tersos, 
y luminosos como el mismo sol! 


Con tu música se olvida 
la amargura de la vida... 

Y el espíritu cansado 
del presente, rememora 
bajo tu cantar, la hora 
mis amable dei pasado. 


En tu canto, que vibra eternamente, 
hay rumores de fuente 
que hace saltar los iris de su agua... 

Y con tu gigantesca fantasía 
arrancas la más pura melodía 
de la linca fragua! 




KUTVlS HORIZONTES 191 

Galicia con su» paisajes 
y con sus bellezas todas, 
te lia regalado los trajes 
con que engalanas tus odas! 


Yo me interné ávidamente 
entre la dulce armonía 
de tu salmo transparente, 
que, aunque blanco como el día, 
tiene la melancolía 
soñadora del poniente) 


Ruiseñor deestas selvas, cuando trinas 
llega hasta el alma un mar de evocaciones, 
y al sonar de tus voces cristalinas 
se ven pasar las viejas tradiciones... 


Yo me embriago en los regios panoramas 
que se ven al través de tu poesía: 
tu poesía es un árbol cuyas ramas 
van renovando el fruto cada dia... 


193 


JULIO J. CASAL 


Junto 1 la ebúrnea torre 
de tu lirismo, corre 
el rio urbano, pero su corriente 
no mancha sus paredes con sus huellas... 
¡No sabes de los hombres... solamente 
vives en comunión con las estrellas! 


Debiera estallar tu orgullo, 
que tu rima audaz y extraña 
ha traspasado la cima 
mis elevada de España... 


Maravillosa es tu rima, 
que tiene sedas de arrullo 
y altiveces de montana! 


Oficias con tus rimas portentosas 
en el altar de la Naturaleza, 
y en tu canción vertió todas sus rosas. 
s us astros y sus rubias mariposas 
nuestra suprema madre la Belleza! 



EN POS DE UNA ILUSIÓN 


¿Remontará mi fantasía el vuelo 
en busca de otras tierraB promisoras? 

¿O han de encontrarla murtia y sin anhelo 
las venideras horas? 


¿Me embriagaré en lejanos panoramas? 

¿Hallaré, en mí camino, 
para el ¡*rbol ya seco nuevas ramas, 
para mi copa espiritual más vino? 

¿El imán de que cnsueAo ha de atraerme? 
incapaz de cantar lo no cantado, 
para alegrar mi mal, ¿he de valerme 
de la ronca guitarra del pasado? 


«94 




julio j. Casal 

¿Marca el reloj de mi quimera el fin 
de todos sus minutos?... 

¿O la imaginación será un jardín 
que renueve sus frutos? 


¿Mi traje de emociones será el mismo? 
¿Dejare los umbrales del presente, 
ó calmaré la sed de mi lirismo 
siempre en la antigua fuente? 

En pos de una ilusión cándida y nueva 
quiero volar en un cercano día... 

|Yohc de encontrar el junco que remueva 
los amplios mares de mi fantaslnl 


FIN 




INDICE 






Rlrmo interior 

Nuevos horizontes, 

V (Kf», , t»«*****V»*«««» ••• 

Malí nal. •• 

•••*♦••• 

Biblioteca del Uub X 

Eli lo* *•••• 

El pirK|tlero,» * 

|ntimo M . kM 

Viajar,, 

Hay hom brea. • . . . . . V ...... * . . • • • 

PaWjf. * • * 

Doctrinas » ... .« 

Campo y • 

El lobo.», *♦•••* 

Veo, nalut nlmentr *•••♦•»• - 

I .ni diligencia», . • . 

Libro* y hombres. . • o 

El cielo n tan «tul.., ......... 

Mi láuipnra . . . 

Lienzo* de Rafael i « ...» • * 

Como toda ilusión • ••• 

El afilador ♦•*••• 

Somos boj «i*» . . . , * 

Dd Teatro Espado! , 

lloras de siesta.» .,*» - 

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ti Anecias * . • ••••••♦ •»•••* 

Farfilís antiguos * 

Infinitos ••••♦•* 

A media noche,*..*., 

MaAnna primaveral ........ . * • 

Familiar • 

En cata tarde. * 

Nada más?.. ... v. 4 ’ 44 • 

Al mai Cantábrico. . 

Retorno* sentimentales.. . « ...*»♦••» 

Sombras luminosas . . . . . . 

Finirá»... . . * . . . . • « * 

Miguel de Unarouno **••' *• 

L<* personajes.. ... 

Florea de papel. - 

Loa vimdeíAwes. 

M interprete,. ¿ 

Soy un sentimental^ .... . • • * > • • • • 

Felicidad suprema ...... 

Árbol • ♦ 

F.l dolor... • •* 

Sr oda» escondidas ♦ 

FJ apeadero *i- ** 

Retrato * *• • * * 

Mas . ••• 

Frente. ••<••••«•*»» ***••< 

De viaje c . * . . ♦ * 1 

Las huertas.. ♦ • 

I as criadas.. . ♦ •« *.♦ 

El principio... *-*•♦♦« *• •••* 4 

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Hrróbmo. 


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